J. Walterio Palazuelos C

J. Walterio Palazuelos C, affectionately known as "Vejo," departed this world on December 8, 2024, leaving behind a legacy steeped in service, family, and the sweet melodies of life. Born on February 5, 1934, J. Walterio was a man whose journey began humbly; by the age of sixteen, he was diligently working as a delivery boy at a pharmacy, the spark of responsibility igniting early in his heart. Over the years, he ascended through the ranks of the financial world, most notably at the Banco del Noroeste de México, where his unwavering dedication led him to the esteemed position of manager.

J. Walterio's career path reflected his exceptional work ethic and integrity. In 1967, he joined Mayco, continuing his journey through professional landscapes until his tenure as sub-manager at the Banco Provincial de Sinaloa in 1974. In 1976, he took on a significant role at the Nogales border customs, where he rendered his service with the same commitment that had defined his entire career.

Yet, it is in the tender memories shared by his loved ones that the essence of "Vejo" truly shines. He was not just a provider or a businessman; he was the master of the kitchen, crafting giant hotcakes fried in butter and the finest shrimp that delighted the taste buds of all who gathered around his table. His culinary genius extended to the creation of delectable fried cookies and indulgent ice creams in mango, vanilla, and strawberry flavors, each bite a testament to his love for family and tradition.

Beyond the kitchen, J. Walterio imparted his passions to his children—a cherished love for music and a lifelong devotion to baseball that transformed ordinary days into extraordinary adventures. His spirit reverberated through the tunes he played and the games he watched, rich with laughter and togetherness.

In every corner of his life, J. Walterio embodied integrity and was widely respected for his honesty. He worked tirelessly, devoting himself to supporting his family, often sacrificing his own educational pursuits after just one year of high school to help them thrive.

J. Walterio leaves behind his beloved wife, Lilia Teresa Solis Palazuelos, and their children: Juan Walterio Palazuelos Solis, with Beatriz Balderrama; Lilia Teresa Palazuelos Solis; Marianela Margarita Plazuelos Solis, with Ernesto Hugues; Adriana De Lourdes Palazuelos Solis, with Jose Miguel Rivera; and Maria Sinayini Palazuelos Solis, with Sergio Suarez. While he now rests alongside his parents, Juan Palazuelos Sanz and Eduwiges Carrillo Lopez, his presence remains alive in the hearts and memories of those who cherished him, a guiding star illuminating the path of love and resilience.

A Prayer Service will be held on December 14, 2024, at San Felipe de Jesus Parish in Nogales, Arizona, starting at 11:00 AM, followed by a Mass beginning at 12:00 PM.

As we remember J. Walterio Palazuelos C, may we celebrate a life rich with love, laughter, and the indomitable spirit of a man who taught us that true wealth lies not in possessions but in the bonds we forge and the memories we create.

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J. Walterio Palazuelos C, conocido cariñosamente como "Vejo", partió de este mundo el 8 de diciembre de 2024, dejando atrás un legado lleno de servicio, familia y las dulces melodías de la vida. Nacido el 5 de febrero de 1934, J. Walterio fue un hombre cuyo camino comenzó con humildad; a la edad de dieciséis años, trabajaba diligentemente como repartidor en una farmacia y la chispa de la responsabilidad se encendió temprano en su corazón. Con el paso de los años, ascendió en las filas del mundo financiero, sobre todo en el Banco del Noroeste de México, donde su inquebrantable dedicación lo llevó al estimado puesto de gerente.

La trayectoria profesional de J. Walterio reflejó su excepcional ética de trabajo e integridad. En 1967 ingresó a Mayco, continuando su recorrido por paisajes profesionales hasta su desempeño como subgerente del Banco Provincial de Sinaloa en 1974. En 1976 asumió un rol importante en la aduana fronteriza de Nogales, donde prestó su servicio con el mismo compromiso que había definido toda su carrera.

Sin embargo, es en los tiernos recuerdos compartidos por sus seres queridos donde realmente brilla la esencia de "Vejo". No era sólo un proveedor o un hombre de negocios; él era el maestro de la cocina, elaboraba hotcakes gigantes fritos en mantequilla y los mejores camarones que deleitaban el paladar de todos los que se reunían alrededor de su mesa. Su genio culinario se extendió a la creación de deliciosas galletas fritas y deliciosos helados con sabores de mango, vainilla y fresa, cada bocado es un testimonio de su amor por la familia y la tradición.

Más allá de la cocina, J. Walterio transmitió sus pasiones a sus hijos: un amor preciado por la música y una devoción de toda la vida por el béisbol que transformó los días comunes en aventuras extraordinarias. Su espíritu reverberaba a través de las melodías que tocaba y los juegos que veía, llenos de risas y unión.

En cada rincón de su vida, J. Walterio encarnó integridad y fue ampliamente respetado por su honestidad. Trabajó incansablemente, dedicándose a mantener a su familia, y a menudo sacrificó sus propios objetivos educativos después de sólo un año de escuela secundaria para ayudarlos a prosperar.

A J. Walterio le sobreviven su amada esposa, Lilia Teresa Solís Palazuelos, y los siguientes hijos: Juan Walterio Palazuelos Solís, con Beatriz Balderrama; Lilia Teresa Palazuelos Solís; Marianela Margaret Plazuelos Solís, con Ernesto Hughes; Adriana De Lourdes Palazuelos Solís, con José Miguel Rivera; y María Sinaini Palazuelos Solís, con Sergio Suárez. Si bien ahora descansa junto a sus padres, Juan Palazuelos Sanz y Eduwiges Carrillo López, su presencia permanece viva en los corazones y recuerdos de quienes lo apreciaron, una estrella guía que ilumina el camino del amor y la resiliencia.

Se llevará a cabo un servicio de oración el 14 de diciembre de 2024 en la parroquia San Felipe de Jesús en Nogales, Arizona, a partir de las 11:00 a. m., seguido de una misa que comenzará a las 12:00 p. m.

Al recordar a J. Walterio Palazuelos C, celebremos una vida rica en amor, risas y el espíritu indomable de un hombre que nos enseñó que la verdadera riqueza no está en las posesiones sino en los vínculos que forjamos y los recuerdos que creamos.